
Después del encuentro empresarial internacional, con participación privada local y extranjera Bolivia da el primer paso para abrirse al mundo, el aterrizaje de empresas e inversión. El asesor económico del nuevo gobierno, Gabriel Espinoza, indicó que la nueva administración arranca con tres propósitos.
Las delegaciones internacionales abrirán sus espacios para hacer negocios con Bolivia, pero también apoyar técnicamente para que el país pueda despegar económicamente y la representante de Europa anunció que buscan convertir a la nación como un centro de distribución de electricidad por su ubicación.
“Estamos dando las señales adecuadas antes de asumir un gobierno y creo que los bolivianos estamos esperanzados”, afirmó ayer el presidente electo Rodrigo Paz, durante un encuentro en la ciudad de Santa Cruz con empresarios del país y el extranjero.
Mientras tanto, Espinoza en su discurso de inauguración dijo que el gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) nos ha dejado pobreza, un Estado quebrado, sin dólares y sin bolivianos, así como una crisis de liquidez en todas las instituciones públicas.
También un sistema regulatorio arbitrario, costoso y profundamente corrupto, apuntó a tiempo de anunciar que es momento de abrir las puertas de Bolivia al mundo y una apertura económica no es una amenaza, es una herramienta para generar crecimiento, declaración que forma parte de los tres propósitos.
“Queremos un empresariado boliviano que compita en el mundo y gane en los mercados globales; que las inversiones vuelvan y fluyan en el país. Bolivia tiene potencial extraordinario, necesitamos reglas claras y estabilidad”, apuntó.
Otro de los propósitos tiene que ver con la certeza y tranquilidad para los inversionistas, en este marco Espinoza fue claro en señalar que el gobierno electo de Paz y Lara entienden que la economía no se maneja con consignas, “sino con hechos y confianza”.
Por ello implementarán una agenda económica estratégica basada en tres puntos: reglas claras, seguridad jurídica y respaldo absoluto a todos los contratos y colaboración activa entre el Estado y el sector privado.
Finalmente, el tercer pilar de los propósitos está relacionado con el trabajo conjunto entre el Estado, empresarios y trabajadores para salir de la crisis económica en la que se encuentra Bolivia.
También su trabajo apuntará a reimpulsar hidrocarburos, la minería y el agro, con sostenibilidad y tecnología, evidentemente, pero fue enfático en señalar que implementarán la simplificación de los trámites y reducirán los costos, los tiempos para producir y exportar.
Asimismo, sostuvo que generarán incentivos fiscales para la innovación, digitalización y una estructura de apertura estratégica al mundo, para posicionar a Bolivia de nuevo en el mundo, y en este camino fortalecerán a las Pymes a nivel nacional.
“La estabilización debe hacerse protegiendo a los más vulnerables. Nadie se puede quedar atrás. Y esto significa que no habrá reajuste sin justicia”, resaltó.
“Generar una serie de normas para que el boliviano, para aquel que llega del exterior sepa que en Bolivia hay seguridad jurídica, se respeta la propiedad privada (…). En Bolivia se respetará la norma porque el boliviano que no respeta la ley no se respeta a sí mismo”, dijo Rodrigo Paz.

Por su parte, el primer vicepresidente de la Cámara de Industrias de La Paz, Alejandro Aguilar, calificó al evento como esperanzador y destacó que el equipo económico fue claro en sus planteamientos.
Aseguró que es momento de reconstruir las relaciones del sector público y privado, así como es tiempo de que las inversiones se queden en Bolivia y se trabaje en atraer nuevas al país.
“Es momento de (crear) muchas alianzas y convenios público privadas; respetar la seguridad jurídica, así como generar contratos que beneficien al sector privado y a la industria en general”, reflexionó.
Confía en que el nuevo gobierno implemente reglas claras para el sector privado, que está dispuesto a trabajar.
Parte de su discurso del presidente de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), Jean Pierre, abogó por un trabajo conjunto entre inversionistas y emprendedores, con un mismo propósito: Bolivia.
Mientras el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Klaus Frerking, dijo que la agroindustria y los productores están listos para seguir trabajando por Bolivia, además la apertura del país al mundo abre oportunidades.
La delegación de Estados Unidos ya se pronunció en apoyar a Bolivia en su camino que debe recorrer para reconstruir la economía y salir de la crisis dejado por la gestión pasada. No sólo el país del norte expresó su disposición, sino que también el Reino Unido anunció la apertura de su mercado para los productos bolivianos.
En el encuentro Visión Bolivia 2025 se realizaron paneles sectoriales. Uno de estos fue el denominado “Horizonte Energético”, donde se analizó la situación y los desafíos en hidrocarburos y energía. Hubo coincidencia en la necesidad de generar condiciones para la inversión, lo que requiere cambios normativos, además de garantizar la seguridad jurídica y generar condiciones adecuadas para el desarrollo de los proyectos.
El presidente de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía (CBHE), Mariano Ferrari, afirmó que el sector “está preparado para esta carrera”, en alusión a la necesidad de reactivarlo y precisó que el país cuenta con gas en el subsuelo, además de contar con infraestructura, mercados y talento humano para el desarrollo del sector. No obstante, hoy enfrenta una caída de la producción de gas -que pasó de 60 millones de metros cúbicos diarios (MMm3d) en 2014, a 28 millones en la actualidad-, lo que también se refleja en la reducción de los ingresos del Estado boliviano.
Expresó que, en línea con lo expresado por el presidente electo Rodrigo Paz y el jefe de su equipo económico José Gabriel Espinoza, la CBHE considera que es esencial la interacción público-privada, que “llevará a recuperar los volúmenes de hidrocarburos que el país quiere” y puntualizó que en el país hay empresas de exploración y producción que “hemos sabido navegar en tiempos de crisis, porque confiamos en el país y vemos oportunidades”.
Recordó que actualmente hay un proyecto modificatorio de la Ley 767, que debe continuar su tratamiento en la nueva Asamblea Legislativa -que brindará algunos incentivos-, también es necesario avanzar hacia una nueva Ley de Hidrocarburos, que también forma parte de las prioridades del nuevo gobierno.
Recalcó que los expertos de la industria coinciden en que “todavía existen volúmenes impresionantes de hidrocarburos, petróleo y gas, en el subsuelo boliviano”, por lo cual señaló que “esperamos con ansias el inicio de este nuevo ciclo”.
Sin embargo, recordó que se trata de un sector que requiere grandes inversiones y demanda tiempo. Por ejemplo, la perforación de un pozo demanda una inversión de aproximadamente 80 millones de dólares y se requiere alrededor de un año.
Por su parte, Orlando Vaca, director de ICC Bolivia, explicó que Bolivia consume alrededor de 92.000 barriles de petróleo por día, pero solo produce cerca de 3.000, lo que obliga al país a importar combustibles para cubrir su demanda interna. En ese sentido, detalló que la falta de innovación tecnológica y las restricciones normativas están limitando la expansión del sector.
Enfatizó la experiencia acumulada en el sector boliviano, pues los retos geológicos son mayores y remarcó la necesidad de hacer cambios que permitan incorporar nuevas tecnologías y más eficiencia, que hoy encuentran barreras como los costos recuperables.
Vaca expresó que el país tiene un enorme potencial en energías renovables y que el nuevo contexto global abre una oportunidad histórica para atraer inversiones y desarrollar capacidades locales.
La minería es parte esencial de la identidad boliviana y motor clave para la recuperación económica del país. Así lo afirmó Eduardo Torrecillas, presidente de la Asociación Nacional de Minería Mediana (ANMM) y presidente ejecutivo de Sinchi Wayra S.A., durante su participación en el foro Visión Bolivia 2025 indicó que el 57% de las exportaciones nacionales proviene de esta actividad productiva.
“Bolivia nos ha demostrado, en muchas oportunidades, que es capaz de levantarse. Y bajo el valor de la unidad –como ha demostrado ayer (jueves) el Parlamento, el voto nacional que votó ‘por capitalismo para todos’ para acabar con ese Estado tranca, para llevar adelante el 50-50–, desde las regiones y el estado de la economía, hoy día nos levantamos”, manifestó Rodrigo Paz.
“Bolivia es un país minero y va a seguir siéndolo. La minería representa más de la mitad de las exportaciones del país y es el conducto que puede reactivar la economía nacional”, sostuvo. Torrecillas resaltó que el potencial del sector es enorme, con un valor exportado que ronda los 5 mil millones de dólares, aunque lamentó que en los últimos 20 años no se hayan impulsado nuevos emprendimientos mineros.
El ejecutivo insistió en la necesidad de atraer inversiones con reglas claras y sostenibles, garantizando la seguridad jurídica y promoviendo la colaboración entre los tres actores del sector: Estado, empresas privadas y cooperativas. “Es fundamental trabajar juntos y eliminar las restricciones que hoy impiden al sector privado transferir tecnología y buenas prácticas a las cooperativas. Esto limita la productividad y el crecimiento del país”, afirmó.
Torrecillas también celebró el mensaje presidencial de apertura a la inversión minera, al que calificó como “un aire fresco para la industria”. Aseguró que esa señal política es el primer paso para restablecer la confianza, atraer capitales internacionales e incrementar gradualmente la producción y las exportaciones.
“Es el mensaje que esperábamos desde hace dos décadas. Si logramos consolidar la seguridad jurídica y la colaboración entre todos los actores, Bolivia puede volver a ocupar un lugar protagónico en la minería mundial”, aseveró.
Posteriormente, Javier Diez de Medina, vicepresidente corporativo de Minera San Cristóbal (MSC) y vicepresidente de la ANMM, hizo énfasis en la transformación de la minería boliviana durante las últimas décadas. Explicó que el sector ya no es el de antaño, sino que hoy opera con tecnología de alto nivel, procesos de seguridad y eficiencia, y con capital humano local altamente capacitado.
“Bolivia es, fue y será un país minero”, dijo al destacar que durante décadas Bolivia ha generado grandes capacidades técnicas y humanas. Las empresas líderes del país aplican estándares internacionales en toda su cadena productiva.
Señaló que “hay profesionales y técnicos de altísima calidad y Métodos ‘made in Bolivia’ de calidad mundial”. Ello se constituye en otro de los acervos de la minería boliviana que podría ayudar a mecanismos efectivos de transferencia de estándares y buenas prácticas al sector cooperativista para que la producción nacional se duplique en los próximos 2 años sin requerir grandes inversiones adicionales.
En cuanto a los desafíos logísticos, el vicepresidente corporativo de MSC manifestó que, en la actualidad, las exportaciones se hacen sobre todo por tren, con una capacidad limitada de un millón de toneladas por año. “Necesitamos invertir en nuevas vías férreas y establecer un open access del tren. También hemos planteado la creación de un puerto seco en San Cristóbal para optimizar la salida de concentrados”, agregó.
Asimismo, resaltó que Bolivia cuenta con más de 300 años de tradición minera, lo que ha permitido desarrollar un capital humano valioso y competitivo.
“El reto no solo es producir más, sino hacerlo mejor, con los mismos valores y respeto al medioambiente que hoy aplicamos las empresas líderes del país”, concluyó.