El Foro Summit Invest debatió sobre los desafíos de los negocios y las inversiones en Bolivia

ECONOMY / Octubre 28, 2025

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Siles remarcó que el tejido empresarial boliviano enfrenta presiones por la falta de divisas y el encarecimiento de los insumos importados.

En el Foro Summit Invest, expertos y gerentes de empresas debatieron sobre los desafíos de los negocios y las inversiones en Bolivia. Además, el economista Hugo Siles, presentó el Ranking de las 500 Empresas Más Grandes de Bolivia.

En Santa Cruz se llevó a cabo el Summit Invest Bolivia 2025, un encuentro empresarial que congregó a analistas, inversionistas, académicos y líderes empresariales, quienes debatieron sobre la situación actual de la economía boliviana y sus perspectivas a mediano plazo.

Organizado con el apoyo de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Cainco y Economy como aliado estratégico, el encuentro tuvo como punto central la presentación del Ranking de las 500 Empresas Más Grandes de Bolivia 2025, elaborado por el economista Hugo Siles Espada, quien destacó el papel del empresariado formal en un contexto de desaceleración y caída de la inversión.

Durante su exposición, Hugo Siles Espada explicó que el ranking refleja una economía que, pese a las adversidades, mantiene un núcleo empresarial sólido y resiliente. Según los datos del estudio, las 500 empresas más grandes del país concentran más del 80% del PIB formal, generan cerca de 350.000 empleos directos y tributan alrededor del 60% de los ingresos fiscales nacionales.

Siles remarcó que el tejido empresarial boliviano enfrenta presiones por la falta de divisas y el encarecimiento de los insumos importados, lo que ha reducido los márgenes de rentabilidad. “La falta de dólares y combustibles afecta transversalmente a todos los sectores. Sin embargo, las empresas formales han logrado mantener la estabilidad productiva y el empleo. Este ranking demuestra que el sector privado es el verdadero motor de la economía”, sostuvo.

El economista advirtió que, de mantenerse las condiciones actuales, el crecimiento del PIB podría cerrar el año por debajo del 1,5%, mientras el déficit fiscal continúa en torno al 8% del PIB, y las reservas internacionales netas siguen por debajo de los US$ 3.500 millones. “Estos indicadores exigen un nuevo pacto económico y fiscal entre el Estado y el sector privado”, puntualizó.

Disciplina macroeconómica y confianza

Por su parte, el expresidente del Banco Central de Bolivia, Juan Antonio Morales, abordó los desequilibrios fiscales y monetarios que enfrenta el país, advirtiendo que el modelo económico actual muestra signos de agotamiento. “El déficit público acumulado, que ronda los Bs 30.000 millones anualesy la expansión del gasto corriente son insostenibles sin un cambio estructural”, señaló.

Morales planteó la necesidad de una política cambiaria más transparente y realista, que reduzca la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo. “El mercado no puede vivir en la incertidumbre. Se necesita previsibilidad para que el sector productivo planifique y el inversionista recupere confianza”, sostuvo.

El expresidente del BCB recordó además que la inflación acumulada, que alcanzó 9,97% en 2024, y la pérdida de competitividad industrial están afectando la capacidad del país para atraer inversión extranjera directa, que cayó a niveles de menos de US$ 400 millones anuales, uno de los más bajos de la región.

Productividad e innovación como camino de salida

El director del Centro Boliviano de Estudios Económicos (Cebec) de Cainco, Pablo Mendieta, coincidió en que el país enfrenta un punto de inflexión y debe apostar por la productividad, la innovación y la digitalización como ejes de una nueva estrategia de desarrollo. “El 70% de la fuerza laboral boliviana está en el sector informal. No se puede crecer de manera sostenida sin transformar la estructura productiva”, afirmó.

Mendieta explicó que Bolivia necesita duplicar su inversión privada, actualmente equivalente al 9% del PIB, para sostener un crecimiento superior al 4% anual. “La competitividad y la atracción de inversión son las claves del nuevo ciclo económico. Hay que pasar de la economía de subsidios a la economía del valor agregado”, enfatizó.

El economista también resaltó que Santa Cruz sigue siendo el epicentro del dinamismo productivo del país, con una participación de más del 30% del PIB nacional, aunque advirtió que la falta de infraestructura logística y la burocracia regulatoria limitan su potencial exportador.

Evolución de la economía

El analista financiero, Luis Enrique Herrera, hizo un repaso a las leyes de inversiones y privatización de 1992 y la ley de capitalización de 1994 que fueron determinantes para dinamizar la economía boliviana, llevando la inversión extranjera directa de cero a $us 900 millones anuales. Señaló que la repatriación de capital entre 1989 y 1991, incentivada mediante premios del Banco Central, impulsó especialmente el desarrollo de Santa Cruz, y permitió la llegada de multinacionales a sectores estratégicos, como la Cervecería Boliviana Nacional.

La inversión pública, según Herrera, se enfocaba en complementar y potenciar la inversión privada, configurando un modelo de crecimiento sostenido y diversificado que dio resultados tangibles hasta finales de los años noventa.

En contraste, afirmó que los 20 años de gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS) se caracterizaron por un enfoque hostil hacia el sector privado, con expropiaciones que afectaron la confianza de los inversionistas y provocaron la caída de la inversión extranjera directa, que nunca alcanzó los niveles necesarios para dinamizar la economía.

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