
El WEF predice que, para 2025, las tecnologías emergentes transformarán hasta el 50% de los trabajos actuales, y se estima que más de 85 millones de puestos de trabajo podrían desaparecer debido a la automatización. Sin embargo, este cambio también traerá consigo la creación de 97 millones de nuevos empleos, en su mayoría en áreas relacionadas con la tecnología, la sostenibilidad y la salud, impulsando una gran necesidad de requalificación y formación continua en los trabajadores.
Las nuevas generaciones de profesionales deberán adaptarse rápidamente a estos cambios, destacándose las habilidades interpersonales, la capacidad de adaptación y la creatividad como esenciales para complementar la tecnología. En este sentido, el informe subraya la importancia de las políticas educativas inclusivas y las alianzas público-privadas para preparar a los jóvenes para las demandas de la economía del futuro.
El reporte insta a los gobiernos, empresas y líderes sociales a invertir en programas de capacitación y reskilling para preparar a la fuerza laboral global. Además, enfatiza la importancia de marcos regulatorios claros y éticos para la integración de la IA.
El reporte identifica a América Latina como una región clave para aprovechar el potencial de los empleos verdes y digitales. Países como Bolivia, con su capacidad en sectores emergentes como la energía renovable, podrían posicionarse estratégicamente en la economía del futuro si implementan políticas que fomenten la innovación y el desarrollo de talento local.
Desde la Fundación Emprender Futuro, se reconoce el impacto crucial de la innovación tecnológica para dar forma a los trabajos del futuro. En este contexto, la Fundación trabaja incansablemente en la creación de ecosistemas de emprendimiento tecnológico que fomenten el desarrollo de nuevas soluciones y productos basados en tecnologías disruptivas.
Con programas de mentoría, formación especializada y alianzas estratégicas con empresas tecnológicas, la Fundación impulsa la capacitación de nuevos emprendedores en áreas clave como la inteligencia artificial, el big data y la ciberseguridad. Este compromiso no solo contribuye a la creación de empleos sostenibles, sino que también ayuda a reducir la brecha digital, asegurando que las futuras generaciones cuenten con las habilidades necesarias para prosperar en un mundo cada vez más tecnológico y automatizado.
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