El boliviano que innovó en la nube de internet y vendió su empresa a Oracle

Página Siete / Mayo 16, 2019

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El tarijeño Diego Pantoja-Navajas trabaja hoy para Oracle, es inversor y asesor de empresas. Fuente: Página Siete

El tarijeño Diego Pantoja-Navajas a sus 42 años ha fundado una empresa que cambió el rumbo de la industria de la cadena de suministros y la logística de su funcionamiento. La hizo exitosa y la vendió al gigante Oracle, una corporación mundial especializada en el desarrollo de soluciones de nube y locales.    

Ha sido calificado como un visionario porque se anticipó alrededor de ocho años a la migración del modelo tecnológico tradicional de la cadena de suministros a la nube de internet.

La cadena de suministros de una empresa se encarga de proveer los artículos y materiales en cantidad, calidad y en el menor tiempo posible.  

“Hoy en día la cadena de suministros a través de la nube no es lineal, sino que gira alrededor del consumidor (…). Desde el dispositivo móvil o la computadora se puede comparar precios, saber qué productos están disponibles, cuál es la oferta que existe. El consumidor  puede elegir cuándo y dónde se entrega la compra realizada”, destaca el ingeniero industrial tarijeño.

La nube, en términos sencillos, es un modelo de uso de equipos informáticos que traslada parte de los archivos y programas a un conjunto de servidores a los que se accede a través de internet.   

La nube ha propiciado el nacimiento de compañías como Amazon y un sin número de otras dedicadas al comercio electrónico. Ha reforzado los modelos de distribución de empresas tradicionales, como las grandes cadenas de ropa y artículos, entre otros. Ahora todo el modelo gira alrededor del consumidor.  

Una estructura para el futuro

Después de graduarse el 2001 como ingeniero industrial y de sistemas en la Universidad de Georgia Tech en Atlanta, Estados Unidos, Pantoja-Navajas trabajó durante cinco años como consultor en varias empresas, fue cuando descubrió que las implementaciones, el flujo de datos y procesos mucho más pormenorizados para cada cliente se guardaban en servidores de la empresa y en hojas de cálculo.   

“Recuerdo que los días eran muy largos. Los plazos de implementación tomaban más de 12 meses y a veces inclusive se extendían a dos años. Se requería tener muchos recursos de los proveedores in situ, ya que se hacían implementaciones, que en muchos casos tenían un porcentaje de personalización muy alto para ese cliente en particular y  no se tomaba ventaja de las funcionalidades base de las aplicaciones”, recuerda el innovador.   

Pero cambiar el modelo tradicional representaba una fortuna y por ello las compañías renunciaron a actualizaciones y mejoras tecnológicas para evitar problemas. Esto causó un retraso tecnológico al que este boliviano le puso punto final.         

Ya en el colegio el joven tarijeño empezó a explorar y planear opciones para elegir una carrera. Entre las razones que lo motivaron para decidirse por ingeniería industrial estaba la posibilidad de resolver problemas de alta complejidad y cuya implementación es tangible, ya que se pueden observar los resultados con clientes en los rubros más variados. 

Reconoce que en ese momento ya pensaba seriamente en su futuro y es esa capacidad de previsión una de las características de su personalidad muy bien estructurada. Y ha rendido sus frutos porque gracias a ello ha podido salir a explorar el mundo.  

Una de sus principales influencias en su vida y su carrera ha sido su padre, a quien considera su mentor y mejor amigo. 

Adiós a las hojas de cálculo

A los 28 años, fundó la empresa de tecnología de servicios profesionales en Atlanta, Georgia, y la llamó LogFire. En ese momento, su centro de operaciones era su sala de estar y tenía un cliente. La migración a la nube había comenzado.    

Al instalar LogFire, el cliente ya no necesitaba de servidores locales y hojas de cálculo. Las soluciones de administración de almacenes (WMS, por sus siglas en inglés) basadas en la nube de LogFire hicieron que toda la cadena de suministros fuera visible para los minoristas y almacenes, sobre todo respecto a los  inventarios. 

Todos los procesos de la cadena de suministros estaban automatizados y disponibles para los clientes, podían ser ampliados y se aprovechaban los datos masivos (Big Data) para que sean “más inteligentes”, según destaca una reseña de su creador.   

Para que el cliente tenga todas las facilidades para comprar con solo un clic en su dispositivo móvil o computadora, los sistemas de las empresas que ofrecen los productos se conectan a la nube para acceder y dar la información en forma instantánea y transmitirla al consumidor en tiempo real. En el pasado eso era impensable.

“Tuvimos varios años de desarrollo y de arduo trabajo para llegar a tener un producto de alta calidad. Nuestra versión cuatro fue con la que salimos al mercado”, indica Pantoja-Navajas.

La empresa creció y además de tener su oficina central en Atlanta, abrió otras sedes en Chile, Perú, India y Sudáfrica. LogFire se implementó a nivel global y llegó a tener 150 empleados.   

El gigante Oracle

El 2016, Oracle adquirió LogFire por una suma no revelada. Ambas empresas trabajaron para integrar la compra con las otras soluciones de cadena de suministro de Oracle, lo que resultó en la única solución de cadena de suministros empresarial de extremo a extremo basada en la nube. LogFire pasó a llamarse Oracle WMS Cloud.   

El éxito le valió a este profesional boliviano una visibilidad internacional. Hoy trabaja para Oracle, pero se ha convertido en un inversionista y asesor para empresas en cuanto a la cadena de suministros, negocios, logística e innovaciones tecnológicas. 

Disfruta ser mentor de jóvenes que deciden emprender en el ámbito de la tecnología y hace más de dos años explora las tecnologías emergentes para hacerle honor a su virtud de visionario.

Extraña su país y a su familia, pero estar casado con una boliviana y ser padre primerizo ha renovado el lazo con sus raíces bolivianas para que su herencia cultural  permanezca en las generaciones venideras de la familia.  

A partir de su experiencia, el creador de LogFire considera que una persona que tenga la inquietud de estudiar fuera de Bolivia puede hacerlo. No obstante, es importante tener bases académicas que sostengan esa decisión, como es el caso de una educación bilingüe. Además, la predisposición de adaptarse un sistema educativo que funciona de forma diferente.

“Es importante poder demostrar a los jóvenes de nuestro país que todo es posible, que no existen imposibles. Aunque la gente les diga que no, una vez que tengan la certeza, que escuchen esa voz interna que les diga que sigan adelante, deben comprometerse con sus sueños”, concluye Pantoja-Navajas.   

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