En medio de la incertidumbre que trajo la pandemia, surgió una idea con raíces profundas y visión de futuro: MANKI. Fundada por Magalí Quintana Rivera, este emprendimiento boliviano no solo transforma el maní chaqueño en mantequilla natural, sino que también rinde homenaje a la herencia familiar y cultural de Monteagudo. En entrevista con Bolivia Emprende Magaly nos relata la trayectoria de su emprendimiento, los logros y desafíos que tuvo que afrontar para posicionarse en el mercado chuquisaqueño y expandirse a nivel nacional e internacional.
Su historia es un testimonio inspirador de cómo una tradición familiar puede convertirse en una empresa con impacto nacional.
MANKI nació en la pandemia, impulsado por el deseo de Magalí de dar valor agregado a un producto ancestral. “Vengo de una familia productora de maní de Monteagudo”, cuenta, “y vi en este alimento una oportunidad de transformar la tradición en una propuesta nutritiva, saludable y auténticamente boliviana” expresa la emprendedora.
El maní, para Magalí, no es solo un cultivo: es símbolo de identidad, tradición y trabajo familiar. Consciente de esa historia, decidió convertirlo en una mantequilla natural, libre de aditivos y enfocada en ofrecer bienestar a las familias bolivianas.
El nombre MANKI proviene de la palabra quechua maki, que significa “mano”. Elegí este nombre porque el maní, desde sus inicios, ha sido sembrado y cosechado a mano, con dedicación y esfuerzo por parte de los productores. Además, MANKI también surge de la unión de las palabras mantequilla y Quintana, mi apellido. Para mí, este nombre tiene un significado profundo: representa el valor del trabajo manual de quienes cultivan la tierra y también el apoyo incondicional de mi familia, que ha estado presente desde el inicio del emprendimiento.
El momento clave fue darme cuenta de que el maní no solo podía venderse como grano, sino que podía transformarse en un producto saludable y competitivo en el mercado. Vi que muchos productos importados llenaban los estantes, y pensé: ¿por qué no una mantequilla de maní boliviana, hecha con calidad y compromiso?
Lo que diferencia a MANKI en el mercado es su propuesta honesta y saludable. Sin conservantes ni químicos, y con ingredientes locales cuidadosamente seleccionados, su mantequilla de maní ofrece una alternativa nutritiva frente a productos ultraprocesados. El compromiso con la calidad y la sostenibilidad es una constante en cada frasco.
«Manki es única porque es 100% natural (…) Para nosotros, cada frasco de Manki debe reflejar el respeto por la tierra, el producto y el consumidor. Usamos solo maní de alta calidad y cuidamos cada etapa del proceso, desde la selección del grano hasta el envasado final» afirma Magalí.
Respetamos la esencia del producto —el sabor puro del maní— pero incorporamos mejoras en la técnica de tostado, molienda y presentación, además de ofrecer versiones con o sin endulzante natural. También innovamos en el etiquetado, la imagen de marca y en la forma de distribuir el producto.
La Academia de Mujeres Emprendedoras AWE Bolivia y el Programa de Liderazgo Emprendimiento e Innovación (PLEI) significaron un antes y un después. Me dieron herramientas para estructurar el negocio, validar ideas, y sobre todo, para creer más en mi capacidad como mujer emprendedora. Gracias a AWE y PLEI, Manki tiene hoy una visión más clara y una estrategia más sólida.
Magalí Quintana (Manki) fue una de las tres ganadoras de capital semilla del programa AWE Bolivia, 2022
Manki comenzó en una cocina y ahora cuenta con una pequeña planta procesadora en Sucre, con capacidad para producir hasta 100 kilos por día. «Hemos pasado de vender en ferias locales a estar en supermercados, y seguimos creciendo con la misma pasión del inicio» afirma Magalí.
Entre los principales desafíos que enfrentó la emprendedora fue el acceso a financiamiento, la falta de redes y el hecho de que muchas veces no se toma en serio a una mujer joven. «Lo superé con constancia, formación y rodeándome de personas que creen en el potencial local. También fue clave participar en concursos y programas de apoyo al emprendimiento» expresa Quintana.
Una estrategia que le ayudó a Magalí a posicionarse en le mercado fue combinar la calidad de producto con su historia. «Usamos redes sociales, ferias y alianzas con puntos de venta estratégicos. Participar en concursos también nos dio visibilidad y credibilidad» afirma.
Manki tiene una historia arraigada en lo familiar y lo local, ya que se adquiere la materia prima directamente de productores locales, generando ingresos justos, además se revaloriza la producción agrícola de Monteagudo «motivamos a otros jóvenes a ver el campo no como un obstáculo, sino como una oportunidad».
Entre los planes de MANKI incluyen ampliar su línea de productos, como snacks saludables y cremas saborizadas; seguir apostando por ingredientes bolivianos y fortalecer su presencia a nivel nacional y alcanzar el mercados internacional. «Todo con la misma filosofía: natural, artesanal y boliviano» dice Magalí.
Porque ese es el éxito para Magalí Quintana honrar su origen mientras construye algo nuevo. «El éxito es ver cómo una idea que nació en casa genera impacto real, empleo, reconocimiento y esperanza».
La importancia de la paciencia, la resiliencia y la autenticidad. A veces uno quiere resultados rápidos, pero todo tiene su tiempo. También aprendí a valorar cada paso, incluso los más difíciles.
Auténtica – Consciente – Valiente.
Manki se encuentra en mercados de abasto, tiendas naturales y supermercados de la cadena EMAPA en Santa Cruz, La Paz, Tarija, Sucre, Cochabamba, Potosí y Oruro. También la emprendimiento está presente en redes sociales, donde se comparten novedades y puntos de venta actualizados.
Que se animen, se preparen y crean en su visión. Emprender no es fácil, pero es una forma poderosa de transformar vidas, empezando por la propia. Buscar redes de apoyo y no tener miedo de empezar pequeño.