Del e-commerce al social commerce, el singular caso de Bolivia

El Deber / Febrero 06, 2023

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Fuente imagen: El Deber

El boom del Internet y el desarrollo tecnológico han revolucionado las formas de relacionamiento y socialización. Hoy día, a través de las redes se consolidan amistades y se adquieren bienes y servicios.​

Con la pandemia, el comercio digital incrementó no solo su volumen de venta; sino, y por sobre todo, aumentó la confianza de los consumidores en e-Commerce.

El e-Commerce o comercio electrónico es la compra y venta de productos a través de Internet y surge en la década de los años 60, gracias a la creación de Electronic Data Interchange (EDI), donde se empiezan a realizar los primeros intercambios y transacciones electrónicas de datos comerciales entre empresas.

En 1995 Amazon lanza su primera tienda online y eBay consigue vender un producto por primera vez. A partir de 2010 tiene su auge en ciudades centrales de Europa y alcanza su plenitud global en 2020, coincidiendo con las restricciones impuestas por el coronavirus.

Comercio digital con los procedimientos bien establecidos

Mario Olmos, ingeniero comercial, con especialización en finanzas corporativas y docente de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explica el fenómeno de e-Commerce y las características que una empresa debe reunir para estar dentro de este nuevo modelo de compraventa.​

“Para pasar al comercio digital, la empresa tiene que estar con los procedimientos bien establecidos, eso es fundamental (…). Un negocio digital o e-Business debe tener todos sus procedimientos administrativos, logísticos, comerciales, de almacenamiento de entrega, de contacto, de clientes, de seguimiento y de recursos humanos, en la nube”, indica.

El experto menciona el caso de Estados Unidos como uno de los países que logró establecer el e-Commerce sin dejar de lado el comercio tradicional.

Más que e-Commerce, es social-Commerce

Olmos describe el caso de Bolivia y recurre a un nuevo término para matizar la particularidad del país. El experto refiere el social-Commerce para identificar el comercio electrónico de Bolivia “se basa en la gente y el intercambio social. Ya estamos migrando de un e-Commerce al social-Commerce (…), que se está poniendo de moda. Vender por Marketplace, contactarnos por WhatsApp y ahí te mandan catálogos e información, y eso no tiene nada que ver con las reglas generales de un e-Commerce o de un e-Business bien establecido”.

El social-Commerce está relacionado directamente con el uso de redes sociales. Muchas empresas crean páginas y perfiles en redes sociales como: Instagram, Facebook y TikTok (las más utilizadas) para alcanzar sus objetivos.

Para Olmos, este fenómeno está ligado a la idiosincrasia y el pensamiento del boliviano. Se caracteriza por su espíritu emprendedor e innovador, rompiendo los parámetros establecidos, pero también es producto de la poca alfabetización digital en la población.

“Somos el país que geográficamente tiene más complicaciones en distribución y hemos tenido que innovar en modelos logísticos de entrega, entonces sí, estamos innovando el comercio electrónico, pero a nuestro modo (…), nuestra preparación no nos da un software que nos haga ciertas tareas por más de que tengamos acceso”, afirma.

Desde el teléfono se puede revisar la oferta en el mercado digital antes de definir la compra.

El singular caso de Bolivia

Bolivia siempre se ha caracterizado por crear sus propias reglas e innovar en el comercio y promoción de sus productos y esta no es la excepción. En todo este proceso de migración del comercio informal al modelo de social-Commerce que reina en el país, destaca la persistencia de la socialización entre el vendedor y comprador.

“El tipo de comercio que tenemos en Bolivia, es un modelo distinto y que nos permite acercarnos más al cliente para lanzar un mensaje directo y que llegue como queremos que llegue (…) Nos contactamos, hacemos la transacción vía electrónica y después nos vemos físicamente”.

¿Se podría decir que Bolivia está formando un nuevo modelo de comercio tradicional sin dejar de lado los beneficios de la tecnología? Para el especialista, innovación no es sinónimo de mejora y requiere de un estudio y entendimiento para tenerla a favor. “Tenemos una idiosincrasia muy particular y hay que entenderla, porque si no lo hacemos no vamos a llegar a ningún lado con esa Innovación”.

Para Mario Olmos, es más un recurso de sobrevivencia que permea no solo en Bolivia, sino en toda Latinoamérica. “No tenemos los recursos para hacer inversiones de desarrollo, entonces eso nos obliga a tener ciertos parámetros de sobrevivencia y es ahí donde nacen estas innovaciones (…). Vemos cómo distribuimos las cosas con los recursos que tenemos y empiezan a crecer los negocios de esa forma”.

La deshumanización, principal problema de la tecnología

El desarrollo acelerado de la tecnología deja a la espera múltiples innovaciones que resulten cómodas para el cliente. Más allá del e-Commerce que requiere de una conexión a internet, un dispositivo móvil o computadora y una forma de pago, cada día surgen nuevas formas de compra y venta.

“Una tendencia muy grande en el mundo es el Live shopping que es acercarnos mediante Inteligencia artificial a esa parte comercial, vas a poder ir a comprar una chamarra, ver los colores, no texturas todavía, porque no sé qué innovaciones tecnológicas habrá posteriormente, pero, voy a poder pasear un shopping, ver qué cosas tiene y cómo se maneja, desde el celular”, aseveró.

Sin embargo, la tecnología se convierte en un arma de doble filo pues a medida que la tecnología avanza, crece el proceso de deshumanización y disminuye la socialización que es una de las necesidades básicas del ser humano y la principal herramienta de comercialización.

“¿A qué nos lleva la tecnología y este nuevo mundo? A deshumanizarnos y no socializar (…) Entonces es un reto complejo, porque ahora tenemos que cambiar nuestros esquemas y decir: ¿Cómo llego a una persona que no me ve, no me siente, no conoce el tono de voz con el que le estoy hablando? No siente ese trato caliente o afectuoso”, enfatiza el académico de Unifranz.

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