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Startups Bolivia es un colectivo ciudadano, creado en 2019, frente a la necesidad de contar con políticas públicas para el sector emprendedor tecnológico del país. Su presidente, Antonio Riveros, hace un balance para La Razón sobre la situación de estos emprendimientos tras la crisis ocasionada por la pandemia. Además, sobre el potencial que tienen y las oportunidades que ofrecen para el desarrollo de la industria nacional, aprovechando la tecnología.
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Definitivamente se experimentó un crecimiento en el aprendizaje que es lo que valoran mucho las Startups; en términos de crecimiento, la balanza se inclina de manera positiva, puesto que la cuarentena ha digitalizado más al consumidor, lo cual favorece el escenario de acción.
De acuerdo con nuestro mapeo hubo pocos cierres y muchas nuevas Startups abrieron. Su ADN es la reinvención y adaptación, siendo su día a día, ya que usamos el método ‘Lean’, que en palabras simples es ‘prueba y error’, es decir que cambiamos constantemente nuestros modelos de negocio o productos para acomodarnos al cliente. Por ejemplo Yaigo, una startup de entregas a domicilio, se internacionalizó desde Bolivia debido al crecimiento exponencial que tuvo durante la pandemia, ya que el consumidor tuvo que digitalizarse a la fuerza. Ultragrupo, en bienes raíces y fianzas a través de sus brazos operativos, tuvo similar bonanza, puesto que los trámites bancarios de manera remota se hicieron una necesidad. Y en Creotec, pasamos de hacer prótesis con impresión 3D a diseñar respiradores de emergencia para atender la primera ola de la pandemia. Son ejemplos de reinvención y adaptación.
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Al ser emprendimientos con base tecnológica, se enfocan en atender necesidades del mercado usando herramientas de la 4ª revolución industrial, entre ellos Big Data, Machine Learning, Blockchain, Robótica, internet de las cosas, realidad aumentada y otras tecnologías de vanguardia en su mayoría digital, clasificándose en Fintech ( finanzas), Ed Techs (educación), Health Tech (salud), Gob Tech (gobiernos), Legal Tech (legal), entre otros campos.
Las Startups tienen como núcleo la escalabilidad, es decir, su capacidad de crecimiento debe ser exponencial para llegar a grandes valoraciones en poco tiempo. Por ejemplo, Mercado Libre de Argentina, con 20 años de existencia, vale 57 veces más que la empresa petrolera de Argentina YPF. En el caso de Bolivia, Ultragrupo está valorada en $us 21 millones, que la hace más valiosa que empresas industriales con más de 30 años de operaciones. Es decir, si tuviéramos más Startups de este nivel de crecimiento, podríamos estimular un gran impacto económico en Bolivia y la región.
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Debido al alto foco en innovación, las Startups prácticamente son transversales a toda industria, sin embargo los servicios son los más explorados para estos emprendimientos, ya que la digitalización en los servicios ofrece mucha eficiencia y comodidad a las necesidades del consumidor.
Para que tengamos casos de éxito, es necesario contar con un ecosistema emprendedor, debe haber actores como la academia, inversionistas, mentores, capacitadores en Startups, políticas públicas y la misma sociedad civil, que trabajen en conjunto y alrededor del emprendedor. Además, entender que los emprendedores innovadores podemos ser parte importante de la recuperación económica del país. Las Startups exitosas cuentan con recursos humanos que forman las universidades, capital semilla de inversionistas de riesgo, conocedores de modelos disruptivos, mentores que nos enseñan a partir de su experiencia y políticas públicas que abran las puertas a la innovación sin regulación excesiva que nos permita ofrecer soluciones novedosas al país y al mundo.
Las Startups respiran tecnología y están muy actualizadas; de existir un ecosistema emprendedor idóneo, tendríamos a Startups exportando soluciones con tecnología; parece un sueño, pero no existe mejor época que la actual para soñar en esto por la globalización y la facilidad de alcance de conocimiento con herramientas como el internet. Bolivia tiene 80% de informalidad, lo que significa que somos un país emprendedor, pero por necesidad y supervivencia, ya teniendo un alto espíritu emprendedor podemos trabajar para que el emprendimiento sea de calidad y no de cantidad, buscando resolver problemas aquí y fuera del país para ser fabricantes de soluciones con tecnología y crecer con vocación de servicio, aportando al desarrollo de nuestra querida Bolivia.
Es ingeniero electromecánico titulado de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Cuenta con un diplomado en Alta Gerencia de la Universidad Católica Boliviana (UCB). Desde hace seis años se ha convertido en un emprendedor serial y activista por un ecosistema emprendedor. Por el desarrollo y ejecución de proyectos en el campo de la innovación, ganó concursos nacionales e internacionales como SeedStars. A la fecha, es director y fundador de Creotec y Drontec. Además, es presidente de la Asociación de Startups Bolivia.
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