Elba Rodríguez, empresaria del sabor boliviano

La Razón / Noviembre 08, 2016

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Fuente: La Razón

Elba Rodríguez, argentina de padres bolivianos, es una celebridad en la capital del país austral. Su nombre está relacionado con los sabores de la cocina boliviana en Buenos Aires tras ganar un concurso, en 2014, dirigido a cocineros denominado MasterChef.

Gracias a la receta de una tradicional sopa de maní, que le fue heredada por sus padres, su vida ha dado un giro y su participación en el certamen hizo que una sociedad habituada a los gustos europeos y criollos se abriera a conocer a gastronomía andina.

Ella no oculta su deseo de visitar el país cada vez que puede para conocer de cerca su cultura, sus tradiciones culinarias, compartiendo con gente del oriente, la zona andina y la subandina.

Por ahora el trabajo nos lo impide, pero estamos pensando en sacar vacaciones junto a mi beba (Agustina) para el próximo año. Ahora que estoy en suelo cruceño al menos iré a conocer el Avión Pirata, tengo unas cuantas horas, me contaron que es muy hermoso”, dice Elba en medio de una carcajada tras arribar a Santa Cruz de la Sierra, donde a invitación de Coca-Cola formó parte del jurado de un concurso de degustación de la culinaria local.

¿Cómo te ha cambiado la vida tras haber ganado el concurso?

— Sin lugar a dudas hay un antes y un después de aquel evento internacional que marcó un hito importante en mi vida, si bien no tan significante como el nacimiento de mi beba, que para mí es lo más preciado que tengo.

Hasta antes del reality de la gastronomía estaba abocada a un trabajo social relacionado con la enfermería, pues tengo una formación académica alcanzada en Argentina. Sin embargo, ahora todo eso quedó atrás por el escaso tiempo que me deja el nuevo rumbo que ha tomado mi vida. Me siento bendecida por Dios, porque en poco tiempo he logrado ganar un concurso internacional y ver el nacimiento de mi hija. Actualmente estoy dictando clases de cocina latinoamericana, además de trabajar en una productora de gastronomía, en un food truck (camión de comidas) y mi servicio de catering a través de YouTube. Cada vez el tiempo se hace más corto para nosotros por las diferentes actividades en las que hemos incursionado, a ello se suman los programas de televisión y radio a los que asistimos por invitación.

¿Sientes que el boliviano ha ganado espacios dentro de la sociedad porteña?

— No solamente ha ganado un espacio, sino que a partir de ese acontecimiento más personas de la colectividad se animaron a buscar nuevos horizontes y romper esos paradigmas del “no puedo”. Por mi parte me siento feliz de haber contribuido en ese logro y el reto es seguir trabajando para que seamos todos hermanos, creo que podemos lograrlo o por lo menos intentarlo a través de la gastronomía.

¿Cuáles son tus nuevos desafíos?

— Estamos armando un salón de eventos en Palermo, que es el núcleo de la gastronomía en Buenos Aires; será un espacio para eventos privados y contará con salas que recogerán historias de Bolivia, además de dictar clases de cocina. Otro de los grandes retos que tenemos es registrar la gastronomía boliviana en un libro con alcance latinoamericano, este será un espacio para que la gente del mundo pueda conocer de cerca la cocina nacional.

También venimos realizando una investigación sobre los productos andinos como el maíz, chuño, quinua, maní, trigo y otros que se utilizan para preparar las comidas, el fin es darle valor a nuestra esencia.

¿Alguna vez has sufrido algún tipo de discriminación por tus orígenes?

— Que yo recuerde no he sufrido discriminación alguna, tal vez por mi forma de comportamiento que es abierta y amistosa con todo el mundo. Pero sé que este fenómeno es una realidad muy fuerte en Argentina y ocurre en todos lados; es más, nosotros mismos somos los directos discriminadores, por ejemplo, cuando acudimos a los mercados escogemos los tomates y eso es discriminación, es como que inconscientemente lo hacemos.

Yo creo que es cuestión de dar oportunidad y conocer; a través de la historia corta que me permitieron contar en MasterChef, durante la presentación de mi plato, transmití un montón de cosas que quizás no se veían, como por ejemplo esa muletilla de que los bolivianos van a Argentina, se hacen millonarios y luego se llevan ese dinero de vuelta a su país, cuando en realidad eso no es cierto.

¿Cómo ves la gastronomía boliviana?

— Aquí hay un potencial importantísimo en la gastronomía; todos hablan de la comida andina en el exterior, pero al parecer no está siendo bien explotada y por ello la necesidad de hacer el libro que pueda coadyuvar en ese proceso.

Hay que trabajar en la imagen de la gastronomía boliviana; desde mi punto de vista creo que se ha descuidado ese tema. Hay muchos chefs argentinos que vienen a Bolivia para estudiar su cocina, lo cual habla de su gran importancia.

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